Escrito el
('lunes 14 de abril de 2008 – 18:41 | por Ojuelo
Si estuviera vigente hoy cumpliría setenta y siete años, pero no, puesto que apenas la dejaron empezar a gatear, y ya le ponían zancadillas, y mira que prometía, porque no traería un pan debajo del brazo, pero si venía con un cesto lleno de proyectos para hacer hombres libres de los que hasta entonces sólo habían sido súbditos. Pero unos por el miedo que los hombres sienten hacia lo desconocido, otros por intolerancia, y porque no, también por la impaciencia de muchos otros que creyeron que sin tener unos cimientos sólidos que soportaran aquel edificio se podría empezar a poner el tejado para que fuese sujetado por una criatura que apenas había echado a andar, lo cierto es que por mucho que prometía, entre unos y otros no dejaron que pudiera andar y desarrollarse.
Hoy sería casi imposible proclamar nuevamente la República en España, pero para no decir imposible, pues decimos lo de casi, y así lo dejaremos en algo utópico, puesto que la utopía siempre nos deja ese punto con el que nadie puede decir que algo no se hará realidad. En esta página había cierto visitante, que cuando hacía algún comentario, al despedirse utilizaba la fórmula ¡Salud y república!, una buena manera de despedirse deseando dos buenas cosas al otro. Salud, ésta es algo deseable para todos y de la que todos queremos disfrutar, principalmente porque sin ella de nada nos serviría el tener la segunda parte del saludo o despedida en cuestión. República,” es decir “res publica, cosa pública, algo donde el mismo Estado ha emanado de todos y está formado por todos, ese Estado donde se espera que cada cual tenga un cometido dentro del mismo, y en el que tan sólo somos súbditos de las leyes que nos queramos dar nosotros mismos libremente. Pero bueno, yo no utilizo ésa fórmula de saludo o despedida, y no la utilizo porque no soy republicano, bueno me explicó, yo me siento republicano, pero no soy republicano porque no me dejan, es decir, como no vivo en una república pues no lo soy. Me siento republicano, pero republicano como aquellos republicanos de la caverna de Plantón, republicanos que sólo conocían de la república las sombras de los verdaderos republicanos que se reflejaban en su caverna, pues igual de republicano que aquellos me siento yo, un republicano que sólo percibe las sombras de los republicanos de los países que me rodean, Portugal, Francia, Alemania, Italia o Grecia, la cuna de aquellos republicanos de la caverna. Todos estos países seguro que tienen también sus defectos y sus problemas, pero que no admiten a nadie que se arrogue la potestad de estar por encima de los demás, países donde las leyes emanan desde la sociedad y son sancionadas por quien la propia sociedad ha elegido, donde en definitiva, éstas son sancionadas pero no impuestas.
En definitiva, hoy la Segunda República podría llevar vigente setenta y siete años en España, setenta y siete años en los que prácticamente, la mitad de ellos España los tuvo que pasar sometida a una dictadura, una dictadura que acabó con todos aquellos proyectos que la República traía en el cesto del que hablaba al principio. Luego llegó lo que ahora tenemos, la Democracia, una Democracia llena y rebosante de libertad, y que como ya dije en esta página en otra ocasión debemos cuidar, pero una Democracia a la que para ser plena le falta algo, o mejor dicho, le sobra algo, le sobra esa autoridad que se autoproclama como último sancionador del Estado, y es que, para que una Democracia sea plena tiene que estar sustentada por un Estado republicano, y de momento, en España no ocurre eso. Por todo ello, yo no me voy a despedir diciendo eso de ¡Salud y República!, sino que lo aré con una pregunta, ¿Para cuando la Tercera República en España?.